Héroes de Barro

11 diciembre 2006

Héroes que no se destruyen

A pesar de todo existen casos en los que los ídolos de masas no son destruidos. Aguantan el paso del tiempo imperturbables y no se les conoce una mala noticia o un escándalo que pudiera poner en entredicho su vida pública. Parece que estuvieran blindados por alguna entidad superior contra las indagaciones de la prensa; o que realmente participasen de una vida ejemplar en todos sus ámbitos.
El paradigma de esta situación podría ser Pelé, un inquebrantable defensor de los derechos de los futbolistas. Pelé fue una estrella futbolística durante muchísimos años y, ahora, la FIFA aprovecha su tirón mediático dándole cobijo como embajador de su gran empresa. "Todos los niños del mundo que juegan al fútbol quieren ser Pelé. Por lo tanto, tengo la gran responsabilidad de mostrarles no sólo cómo ser un futbolista, sino también un hombre" (Pilorava E, 1999)
En la misma situación se encontrarían, por ejemplo, Di Stéfano como presidente honorífico del Real Madrid y, Michael Jordan, si me apuran, como slogan publicitario de Nike Air.
Joao Havelange, presidente de la FIFA desde 1974, anunció en una dilatada comparecencia antes los medios: “yo he venido a vender un producto llamado fútbol” (Blanco E, 1994) y entendemos que uno de sus mejores acciones ha sido la contratación de Pelé. Seamos serios y un poco críticos. Conocemos el gran poder del que dispone Havelange como presidente de la FIFA y dueño de la principal empresa de transporte de Brasil, así como de otros negocios especializados en la especulación financiera y en la venta de armas y seguros de vida. (Galeano E, 1995). ¿No es justo preguntarse si sería capaz de blindar a un estrella como Pelé, valido de sus intereses, ante los medios de comunicación?

Es evidente que Diego Armando Maradona, por ejemplo, no es el referente de ninguna empresa, siempre ha sido rebelde y ha dicho lo que pensaba. Nadie se ha preocupado de defenderlo porque, para los que ostentan el poder, no ha existido más que como producto que genera beneficios. Su carrera futbolística acabó acosada por los escándalos sobre su drogadicción y su positivo en el Mundial del año 94. En ese momento, Diego tuvo que decidir si pasaba por el aro y se dejaba manipular por los mandamases del negocio como “embajador” de alguna empresa que necesitase un buen reclamo de Marketing. Se respuesta fue un NO rotundo. Probablemente creyera que ser el slogan de una entidad privada no le haría más feliz así como que iba a ser capaz de reconducir su vida sin ayudas. Esto lo explica, claramente, Matthew P. McAllister: “Siempre que lo comercial invade lo cultural se debilita la integridad de la esfera pública, a causa de la evidente usurpación que ejerce la promoción corporativa” McAllister comienza a entrever, ya en 1977, la necesidad de las empresas para promocionarse a través de cualquier tipo de elemento de Marketing y la poca esencia ética que demuestran:
“El patrocinio rebaja todo lo que toca. El acontecimiento deportivo [...] queda subordinado a la promoción, porque en la mente del patrocinador y en su propio simbolismo existen sólo para promocionar. Ya no se trata del espectáculo por el espectáculo, si no del espectáculo por la publicidad”

1 Comments:

  • Héroes que no se destruyen… Porque han alcanzado el estatus de mito.

    Sobre que Maradona haya dicho "no" a dejarse manipular no me lo creo. Sí creo que ha sido incapaz de decir "sí".

    Sacar partido de una imagen rebelde es fácil. Pero ser un drogadicto no es ser un rebelde. Es ser un deshecho humano, incapaz de tomar las riendas de tu propia vida.

    Rebeldes fueron John Carlos y Tommie Smith en su tiempo, o Mohamed Alí. Hoy son mitos vivientes. Pero nadie puede acusarles de haber sido un mal ejemplo, sino un ejemplo poco recomendable (para los intereses del Sistema).

    By Blogger la aguja, at 8:39 p. m.  

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