Héroes de Barro

31 diciembre 2006

Primer Proyecto. Borrador

30 diciembre 2006

Proyecto Final


Este es el proyecto que hemos presentado en clase.
Un poco retocado y mejorado.
¿Alguna idea?

29 diciembre 2006

¿Qué hemos hecho? y ¿Porqué?

Como la ropa sucia en una lavadora va dando vueltas hasta que acaba el programa y aparece limpia y oliendo bien, el tema de nuestro trabajo ha sido revisado y volteado varias veces hasta encontrar el argumento blanco y pulido que necesitábamos. Merece la pena escribir unas palabras sobre este proceso.

La idea original apareció a partir de recordar una gran película: Juguetes Rotos de Manuel Summers. Dos de los tres integrantes del grupo la habíamos visto y era recurso habitual en nuestras pláticas acodadas en barra de bar. Conversaciones de cañas que suelen alumbrar especulaciones frescas, precisas e interesantes. En realidad, creemos que el documental es atractivo pero insuficiente para una sociedad como la de ahora que destierra valores en favor de beneficios, rentas y capitales -amén de que entendemos que los trabajos se realizan para aprender, no para demostrar lo que ya se sabe-. Es por eso nos lanzamos a la aventura de investigar sobre por qué se destruyen esos mitos deportivos, centrarnos en la parte más penosa y doliente de la realidad de los deportistas: su retiro y cómo les damos la espalda cuando ya no sirven para satisfacer nuestros intereses.

Es lícito reconocer que los que suscriben son especialmente críticos con esta época que nos ha tocado vivir. Nuestro punto de vista es realista bordando el pesimismo -botella medio vacía, para que nos entendamos- Y, evidentemente, queríamos centrar nuestra atención únicamente en los porqués finales, sin dar ningún valor a los previos y a los inicios de la situación. Esta decisión cerraba mucho el campo de investigación y nos dificultaba enormemente la tarea de recabar información. En la facultad de INEF no encontramos ningún libro ni ningún artículo de revista que tratase, específicamente, el tema de la destrucción del mito. Algo que nos llenó de desazón ya que nos encontrábamos con el único documento de la cinta de video para comenzar a trabajar.

Javier Durán, nuestro profesor, nos aconsejó unas páginas Web de ínclitos sociólogos y, sobre todo, que abriéramos la mente y no nos centrásemos sólo en “El final”
Tuvimos que decidir y, tras descartar la posibilidad de rebuscar en la facultad de sociología de Somosaguas -la de Derecho, Filología e Historia de la Complutense sí fueron recorridas aunque sin éxito- se abrió el campo de estudio. Así, el por qué de la creación de esos héroes y el cómo los valoramos entraron a formar parte de nuestro trabajo.

Por otro lado, hemos tomado la decisión de no entrar a diferenciar entre ídolo, leyenda, héroe o mito. Semánticamente la disparidad es bastante escasa -sólo hay que pasar por la RAE para comprobarlo- y es complicado entrar a ponderar el valor subjetivo que le de cada lector a estas palabras. De esto modo, para hacer más sencillo el estudio y la integración de nuestros escritos, hemos tomado estos vocablos como auténticos sinónimos. -Ruego a los puristas que sean benévolos y nos disculpen-

Estamos muy orgullosos de este blog. Hemos aprendido sobremanera con él y sólo esperamos que os sea de utilidad a los que paséis por aquí. Un saludo, y a disfrutar o, mejor, a preguntarse y ser crítico…

11 diciembre 2006

Deshumanización de los Mitos Deportivos

Otro de los hechos claves por los que estimamos que se destruyen los ídolos deportivos es la deshumanización de estos. Si bien, en nuestra opinión, este no es el caso más grave de destrucción -o la consecuencia más directa- sí que creemos que repercute muy negativamente en la caída del héroe, haciendo esta más lacerante y atroz.

Un deportista deshumanizado es aquel al que se le han privado los caracteres propios del hombre como entelequia. Por supuesto cumple sus funciones básicas como tal, pero entendemos que no conserva los elementos éticos y morales necesarios para ser considerado como una persona estándar.

No queremos dejar pasar la ocasión para citar a Eduardo Galeano que describió esta situación en su libro “el fútbol a sol y sombra”: “el ocaso llega con la vejez, pero el jugador de fútbol puede ser viejo a los treinta años.” (Galeano E, 1995) Y es en ese momento, en que el deportista ve que no le queda nada, cuando entiende que ha regalado muchos años de su vida a la voracidad de una sociedad que no lo ha valorado como un hombre, si no como producto, como objeto capaz de generar dinero -para los empresarios del deporte- y satisfacción -para los pobres aficionados-.
Entendemos que debemos llegar a lo más hondo de la situación existente en la sociedad y preguntarnos: ¿Por qué se produce esa deshumanización?

Según Ángel Cappa, entrenador argentino que se sale del arquetipo de deportista centrado únicamente en su profesión, es debido a tres factores combinables y entrelazados.
El primero es la falta de cultura de la que suelen adolecer los deportistas de alto nivel.

Los más grandes ídolos deportivos, con los que más se identifican las masas, son los que suelen aparecer desde los barrios más marginales, en las situaciones de mayor conflicto y menos recursos posibles. (Guterman T, 2000) Eso ya les supone una gran dificultad para formarse integramente, y al verse obligados a entrenar tantas horas y, por tanto, consagrar casi exclusivamente su vida a ello, no tienen tiempo de educarse como los demás ciudadanos y sufren la falta de conocimiento mínimo y básico para relacionarse con los demás. “Se le reprocha al jugador la carencia de un derecho que se le niega. Primero, como intengrante de una clase social marginada, le recortamos la posibilidad de completar una educación adecuada…” (Cappa A, 1996, 190). Es esta carencia de instrucción lo que hace que nosotros le señalemos como un bruto que no se ha preocupado de conocer lo más mínimo y que hagamos mofa y befa de el pobre deportista. Es otra forma de matar al héroe. “El amor y el odio son los dos polos que forman la idolatría, con la misma fuerza. A John Lennon le mató un admirador, alguien que lo amaba” (Cappa A, 1996, 190).

El segundo es la inseguridad que se crea en el deportista al arrancarlo de su círculo familiar y de amistades. El jugador se ve relacionando en otro “hábitat” distinto del que provenía. Tiene que aprender a comportarse delante de Eminencias, en restaurantes de lujo, en esferas sociales hipócritas donde la imagen es lo más importante y, ante todo, trata de no salir mal parado. Intenta ocultar su ignorancia imitando a sus “maestros” hasta tal punto que pierden la noción de lo que son ellos mismos. “Los instruidos, en este caso, sirven de referencia para el jugador que comienza a vestirse como él, a aprender el uso de los cubiertos, a elegir los restaurantes, a hablar como él, y finalmente y para su desgracia a pensar como él” (Cappa A, 1996, 190). Es en estos momentos en los que es capaz de renegar de los únicos que realmente quieren lo mejor para él, su familia. Sus seres queridos se han quedado en la barriada pobre y desfavorecida de la que él consiguió escapar con mucho esfuerzo. Siguen siendo humildes y no sabe si, en su nuevo status social, van a entender sus orígenes. Por eso reniega, para no ser identificado con ellos, perdiendo así el único lazo amistoso y verdadero que le quedaba. “Vive temiendo que lo identifiquen con su barrio, con su gente, a la que considera él también, inculta” (Cappa A, 1996, 190).

Existe una estupenda película llamada “Granujas de Medio Pelo” (Allen W, 2000) que, aunque nada tiene que ver con el deporte, sí que hace una ácida crítica de este fenómeno. Allen retrata a aquellas personas humildes que rápidamente consiguen una gran cantidad de dinero y comprenden que han de adaptarse a su nuevo círculo de amigos ya que imperan otros valores diferentes a los que ellos conocen.
Esos “nuevos ricos” tienen que volver a aprender a relacionarse, gastan fortunas en adornos carentes de valor, compran ropa, coches o cualquier elemento que sirva para ganar reconocimiento, incluso aunque no les gusten o no los necesiten. La estulticia se radicaliza en la película en el momento en que un personaje comienza a estudiarse el diccionario para aparentar cultura delante de los demás. Pero eso sólo ocurre en la ficción… ¿O no?

El tercero se entremezcla con el segundo y devienen entre sí. La eliminación de las primeras culturas acarrea un cambio sustancial en la escala de valores. De tanto ver como natural el culto al cuerpo, al dinero y a la vanidad, lo contingente se vuelve necesario y comienza una permutación de esencias morales que pervierte la buena fe y conducta del deportista. Lo bueno es lo que se puede comprar con dinero y es mejor cuanto más caro sea. Así, lo importante no son los amigos que hacemos por nuestra forma de ser, si no los que podemos comprar a base de invitaciones y regalos. Esta irrealidad en la que se mueve el deportista le arrastra a una durísima caída en el momento en que la fortuna le vuelve la espalda, se puede expresar así o poéticamente: “Y algún mal día el jugador descubre que se ha jugado la vida a una sola baraja y que el dinero se ha volado y la fama también. La fama, señora fugaz, no le ha dejado ni una cartita de consuelo.” (Galeano E, 1995)

Concluyendo, lo que queremos decir es que todos tenemos culpa en este Status Quo existente. Los medios, la publicidad y el espectáculo por perseguir el dinero antes que cualquier valor más ético y moral pero también el deportista que se deja arrastrar por lo más llamativo y espectacular -“El dinero lo vuelve todo patas arriba” (Russell B, 1932)- Una actitud que sólo se puede corregir con una muy buena educación desde la base, en la familia, cuando el futuro deportista está aprendiendo los valores más importantes. Claro, que habría que preguntarse si los padres preferirían educar bien a su hijo o que este se convierta en una superestrella de algún deporte muy mediatizado, pero sobre esto ya no versa nuestro trabajo…

Héroes que no se destruyen

A pesar de todo existen casos en los que los ídolos de masas no son destruidos. Aguantan el paso del tiempo imperturbables y no se les conoce una mala noticia o un escándalo que pudiera poner en entredicho su vida pública. Parece que estuvieran blindados por alguna entidad superior contra las indagaciones de la prensa; o que realmente participasen de una vida ejemplar en todos sus ámbitos.
El paradigma de esta situación podría ser Pelé, un inquebrantable defensor de los derechos de los futbolistas. Pelé fue una estrella futbolística durante muchísimos años y, ahora, la FIFA aprovecha su tirón mediático dándole cobijo como embajador de su gran empresa. "Todos los niños del mundo que juegan al fútbol quieren ser Pelé. Por lo tanto, tengo la gran responsabilidad de mostrarles no sólo cómo ser un futbolista, sino también un hombre" (Pilorava E, 1999)
En la misma situación se encontrarían, por ejemplo, Di Stéfano como presidente honorífico del Real Madrid y, Michael Jordan, si me apuran, como slogan publicitario de Nike Air.
Joao Havelange, presidente de la FIFA desde 1974, anunció en una dilatada comparecencia antes los medios: “yo he venido a vender un producto llamado fútbol” (Blanco E, 1994) y entendemos que uno de sus mejores acciones ha sido la contratación de Pelé. Seamos serios y un poco críticos. Conocemos el gran poder del que dispone Havelange como presidente de la FIFA y dueño de la principal empresa de transporte de Brasil, así como de otros negocios especializados en la especulación financiera y en la venta de armas y seguros de vida. (Galeano E, 1995). ¿No es justo preguntarse si sería capaz de blindar a un estrella como Pelé, valido de sus intereses, ante los medios de comunicación?

Es evidente que Diego Armando Maradona, por ejemplo, no es el referente de ninguna empresa, siempre ha sido rebelde y ha dicho lo que pensaba. Nadie se ha preocupado de defenderlo porque, para los que ostentan el poder, no ha existido más que como producto que genera beneficios. Su carrera futbolística acabó acosada por los escándalos sobre su drogadicción y su positivo en el Mundial del año 94. En ese momento, Diego tuvo que decidir si pasaba por el aro y se dejaba manipular por los mandamases del negocio como “embajador” de alguna empresa que necesitase un buen reclamo de Marketing. Se respuesta fue un NO rotundo. Probablemente creyera que ser el slogan de una entidad privada no le haría más feliz así como que iba a ser capaz de reconducir su vida sin ayudas. Esto lo explica, claramente, Matthew P. McAllister: “Siempre que lo comercial invade lo cultural se debilita la integridad de la esfera pública, a causa de la evidente usurpación que ejerce la promoción corporativa” McAllister comienza a entrever, ya en 1977, la necesidad de las empresas para promocionarse a través de cualquier tipo de elemento de Marketing y la poca esencia ética que demuestran:
“El patrocinio rebaja todo lo que toca. El acontecimiento deportivo [...] queda subordinado a la promoción, porque en la mente del patrocinador y en su propio simbolismo existen sólo para promocionar. Ya no se trata del espectáculo por el espectáculo, si no del espectáculo por la publicidad”

08 diciembre 2006

Juguetes Rotos. Cine Forum

(tema)

La película que vamos a ver es un documento social sobre la dubitativa y transitoria grandeza del triunfo. Summers coloca ante una fría cámara a varios personajes muy populares en otras épocas completamente olvidados en su vejez.

(objetivos)

Con este Cine Forum se pretende reflexionar sobre como trata la sociedad a los famosos que dejan de serlo. La película no pretende ser un “¿Qué fue de…?” si no indagar en los sentimientos de los espectadores para que traten de descubrir por qué se relega a esas personas al ostracismo cuando pierden su popularidad, qué es lo que pierden para que ya no nos interesen y cómo las habíamos valorado hasta entonces: si como personas o como objetos.

Evidentemente, la última pregunta que deberíamos hacernos es si es justa esta situación que se ha creado y si nosotros formamos parte de ella.

(ritmo)

Antes de comenzar a visionar la película realizaremos la primera parte de las dinámicas grupales I y II. Luego veremos el film y, tras el, completaremos las dinámicas I y II. Después, por supuesto, se realizará un debate dirigido por un moderador que indicará los turnos de palabra.

Juguetes Rotos. Ficha técnica.

Reparto:

  • Hilario Martinez, Paulino Uzcudum, Rosita Pinedo, Ricardo Alis, Eusebio Librero, Luis Vallespin, Marina Torres, Francisco Diaz, Justo Maso, Nicanor Villalta

Director:

Duración:

  • 01:16:00

Estreno:

  • Sábado 1 enero 1966

Género:

  • Drama

País:

  • España

Color:

  • Blanco y Negro

Sonido:

  • Mono

Dinámica I

Primera Parte:

Se selecciona a 4 ó 5 participantes y se les dice que imaginen que son deportistas muy famosos de alto nivel o cantantes muy conocidos. Ganan mucho dinero, todos les reconocen por la calle y no tienen apenas tiempo libre porque están todo el día entrenando o ensayando. ¿Qué harían en su tiempo libre con todo ese dinero?

Se pide que por favor lo anoten en un papel.

Segunda Parte:

Se pide a los participantes que lean lo que han escrito. Según el grado de implicación del auditorio se puede hacer notar que nadie ha pensando en el futuro o en instruirse.

Dinámica II

Primera Parte:

Se muestran retratos neutros de estos personajes:

· Maradona

· Bob Marley

· Poli Diaz

· Ronaldo

Se pide al auditorio que usen palabras para definir a esos personajes.

Se anotan esas palabras.

Segunda Parte:

Se debe hacer ver al auditorio el porcentaje de definiciones peyorativas que, probablemente, supere con creces a las favorables o halagüeñas.

Preguntas para el Debate.

Si no conseguimos arrancar un debate fluido podemos “tirar” de estas preguntas.

· ¿Cómo te sientes tras ver la película?

· ¿Crees que tú formas parte de la sociedad que discrimina?

· ¿Es eso justo?

· ¿Hago algo para cambiarlo?

· ¿Voy a hacer algo a partir de ahora?

· ¿Es sólo culpa de la sociedad de consumo?

· ¿Cómo se gesta esa deshumanización de los héroes?

11 octubre 2006

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